sábado, 4 de mayo de 2024

Estado global de la sostenibilidad empresarial y su financiamiento: Dos informes recomendados


La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE (“un club de 38 países mayormente desarrollados”, como lo define el periódico The Economist), publicó dos informes en marzo del 2024, donde recopilan las experiencias de múltiples países en sostenibilidad empresarial en general y en el financiamiento sostenible en particular. El primero es el Global Corporate Sustainability Report 2024 y el segundo es un capítulo del informe Global Debt Report 2024: Bond Markets in a High-Debt Environment (ambos están disponibles para consulta online gratuita, pero con costo para su descarga).

Estos informes continúan los recientes esfuerzos de la OCDE de influenciar las políticas de los países y las actuaciones de las empresas en aspectos de sostenibilidad empresarial a través de la diseminación del conocimiento y del cabildeo. En este articulo destacamos las lecciones que consideramos más pertinentes de estos informes para los profesionales del tema.

I.                Global Corporate Sustainability Report 2024

Es el primer reporte que publica la OCDE con un diagnóstico y recomendaciones de política y práctica para el fomento de la sostenibilidad empresarial. [i] Aunque anteriormente publicó, en octubre 2023, el documento OECD Guidelines for Multinational Enterprises on Responsible Business Conduct, (no ha sido publicado en español) que es una revisión de la versión del 2011 (Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales), añadiéndole al título “on responsable business conduct”, incluyendo la actualización de aspectos sobre “conducta responsable” que eran ignorados en la versión anterior. Es complementario del documento tradicional sobre los principios de gobernanza para empresas multinacionales, que ahora se denomina G20/OECD Principles of Corporate Governance (2023). En el documento de Principios también se actualizaron estos aspectos, añadiéndole un nuevo capítulo, Sustainability and Resiliency, aunque no está integrado con el resto del documento, que solo tiene algunas menciones a ese comportamiento. [ii]

Este nuevo documento sobre el estado de la sostenibilidad corporativa tiene el objetivo de “….provocar el dialogo entre los participantes en el mercado de la sostenibilidad empresarial, busca estimular la acción hacia el logro de un esquema de su gobernanza más sostenible y resiliente……para lo cual el informe ha buscado combinar el análisis incisivo con consejos prácticos para servir como espejo de las prácticas actuales y una guía para los esfuerzos futuros…….El informe ofrece un amplio repaso de esas prácticas, ahondando en los matices del reporte de información sobre sostenibilidad, las dinámicas del involucramiento de los inversionistas, las cambiantes responsabilidades de los consejos, la consideración los intereses en los stakeholders y el financiamiento sostenible.

En este sentido, este documento da respaldo y complementa los documentos mencionados de Líneas Directrices y el de Principios:  práctica, líneas directrices y principios.

Está basado en un análisis de información pública sobre 14 400 empresas que cotizan en 83 bolsas de valores, con una capitalización US$ 90 billones a finales del 2022, que son de las que se dispone de información sobre su sostenibilidad, de las 43 970 a nivel mundial, que tiene en su base de datos, con una capitalización de US$ 98 billones,  

El enfoque del documento es relativamente sesgado en cuanto a los temas que considera, con mucho énfasis en cambio climático, el reporte de las emisiones y el interés de los inversionistas en estos temas, en tanto que la consideración de los aspectos sociales es deficiente. Adicionalmente al considerar los aspectos materiales solo menciona los financieros e ignora los de impacto. Pero contiene algunos datos que deben ser de interés. En una sección cubre los recientes desarrollos regulatorios sobre los reportes, pero siendo un tema tan conocido no lo comentaremos.

1.      Reporte de información

a.     Reportes 

·       De las casi 44 000 empresas cotizadas en bolsas en los 83 países, solo 9 600, con una capitalización de US$85 billones, produjeron informes de sostenibilidad.

Y es que cuando se observan las cifras a nivel mundial se ve más claramente que, aun entre las empresas que cotizan en bolsas, solo las grandes y en los mercados más desarrollados reportan sobre la sostenibilidad.  Véase la diferencia en los porcentajes cuando son por número de empresas versus por volumen de capitalización en el siguiente gráfico.



Es de esperar que con las recientes aprobaciones de los estándares internacionales de preparación del ISSB y los europeos de EFRAG y la Directiva sobre el reporte de información de sostenibilidad, CSRD, de la Unión Europea, aumente significativamente el número de empresas que publiquen esos reportes. En la Unión Europea la CSRD los hace obligatorios para grandes empresas. En el resto de los países dependerá de las regulaciones que adopten, aunque es de esperar que, ante la adopción progresiva de los estándares de reportes de la ISSB por esos países, se vayan incluyendo en las regulaciones como obligatorios.

b.     Aseguramiento

·       A nivel agregado, dos tercios de las empresas, por volumen de capitalización, reportan asegurar la información por una entidad externa. De las que reportan el nombre, el 85% utilizaron los servicios de una firma de auditoría, en tanto que el resto usó otro tipo de firmas. Las proporciones de las empresas que utilizan el aseguramiento, varia de país a país y por ejemplo solo el 17% de las empresas en Japón lo hacen, en contraste con el 70% de las de Europa. De las casi 3 000 empresas que reportan aseguramiento, el 56% reporta aseguramiento limitado, total o parcial sobre algunos aspectos, en tanto que solo el 14% reporta aseguramiento razonable. [iii]

De esto se deduce que el aseguramiento es algo todavía incipiente y que se concentra en las empresa de mayor tamaño y en el aseguramiento limitado. Es de esperar que la aprobación de los estándares internacionales de preparación de la información y las directivas de la Unión Europea, la mayor información disponible, y presumiblemente más confiable, conducirá a mayores demandas por el aseguramiento, por lo menos por el limitado, hasta que se vaya adquiriendo experiencia y se desarrolle la práctica, como estima la Comisión Europea, antes de exigir el  aseguramiento razonable como obligatorio (en Europa y EE.UU. este se reporta en alrededor del 12% de las empresas por volumen de capitalización y en América Latina, menos del 5%).

2.     Consejos directivos

a.     Comités de sostenibilidad

·       Más de la mitad de las empresas por volumen de capitalización dicen tener comités para gestionar y supervisar los riesgos y oportunidades derivadas de la sostenibilidad. En EE.UU. es del 75% y en Europa más del 50%.  En América Latina lo reportan el 35% por volumen de capitalización, pero menos del 5% por número de empresas.

En principio se puede suponer que la existencia de un comité de sostenibilidad es indicación del interés y/o preocupación del consejo sobre esos temas.  Claro esté que los números no son indicativos de su efectividad.

b.     Remuneraciones ligadas a la sostenibilidad

·       Cerca del 85% de las empresas por volumen de capitalización tienen políticas de remuneración de los ejecutivos ligadas al rendimiento en aspectos de la sostenibilidad, y cerca del 60% incluyen remuneraciones variables. El 80% de las empresas, por capitalización, en Europa dicen tenerlo, el 60% en EE.UU. y el 30% en América Latina, pero menos del 5% por número de empresas.

Este es otro tema que supuestamente refleja el interés de las empresas en promover la sostenibilidad, pero como en el caso anterior no es indicativo de su efectividad.  En la gran mayoría de las empresa se trata de ligarlo a un numero limitado de indicadores, como participación de la mujer, emisiones de gases de efecto invernadero, consumo de insumos, etc. pero suelen ser un porcentaje muy pequeño de las remuneraciones y a veces son de relativamente fácil logro, o tener poco impacto como para motivar acción y cambios de actitud. Tanto las estadísticas a nivel mundial, como las metodologías, indicadores, su potencial efectividad y recomendaciones para mejorarla lo hemos analizado en una serie de cuatro artículos. [iv]

3.     Intereses en los stakeholders

·       El 81%de las empresas por capitalización dicen tener políticas de involucramiento de los stakeholders en consultar sobre sus impactos. En EE.UU. llega al 93%, en Europa al 85% en tanto que en América Latina es del 36%, pero solo 10% por número.  

·       Algunas empresas cuentan con políticas de participación de los empleados en ciertas decisiones o de tener representación en el Consejo. A nivel global el 14% dice tener representación laboral en el consejo, el 38% en Europa y el 11% en América Latina, pero solo el 0.8% en número.

Es gratificante observar que muchas empresas tienen políticas de involucramiento, pero como en todos estos aspectos, lo importante, que no reflejan los números, es su efectividad.  Esto tampoco es explicitado en los informes de sostenibilidad salvo en casos excepcionales. Y es de notar dos extremos, en EE. UU. no se usa la participación laboral en empresas cotizadas, salvo alguna excepción, lo que deprime los números, en tanto que en Alemania es obligatorio por ley, lo que mejora el porcentaje reportado para Europa.

4.     Financiamiento sostenible

El informe contiene una sección sobre las emisiones de bonos para el financiamiento de actividades de inversiones relacionadas con la sostenibilidad empresarial, pero tiene una cobertura resumida, en tanto que es el tema del capítulo del segundo informe por lo que lo comentamos en más detalle a continuación.

II.             Sustainable Bonds: State of the Market and Policy Implications

El informe Global Debt Report 2024: Bond Markets in a High-Debt Environment, que cubre la problemática del endeudamiento a nivel mundial vía los mercados de bonos, incluye un capitulo dedicado a los bonos verdes, sociales, sostenibles y ligados a la sostenibilidad (BVSS y BLS),[v] analizando la situación del mercado, de los bonos de instituciones privadas, financieras y no financieras, del sector público y de las instituciones multilaterales, para sacar algunas lecciones que pueden ser utilizadas en la promoción de su desarrollo.

Es el más completo compendio de la situación del mercado, que cubre no solo los volúmenes de emisiones, sino además muchas de sus características y efectos. Es imposible hacerle justicia en una reseña como esta, pero creemos oportuno destacar los aspectos que cubre para los lectores interesados en profundizar en ellos.

·       El volumen de bonos sostenibles en circulación a fines del 2023 era de US$2,3 billones y US$2,0 billones en los sector corporativos y oficiales respectivamente. La emisiones en el quinquenio 2019-2023 fue de seis y siete veces mayor que en el 2014-2018, en el sector corporativo y oficial respectivamente.  

El crecimiento ha sido explosivo entre estos periodos de diez años (aunque las emisiones se han ralentizado en años recientes) lo que augura buenas expectativas para el financiamiento de actividades y proyectos sostenibles. Sin embargo, es de notar que estas cifras agregadas no necesariamente reflejan recursos disponibles para la inversión ne actividades y proyectos sostenibles ya que no todo lo que las estadísticas las califican como tales no lo son en efecto.  Las estadísticas reflejan intenciones enunciadas durante las emisiones y, para tener una mejor visión del potencial impacto, habría que descontar los montos que no se terminan destinando a ello, que no todas los recursos se utilizan para inversiones incrementales, nuevas, hay greenwashing, y el verdadero impacto que tienen sobre la sostenibilidad. Una de las mayores “ilusiones” en el financiamiento sostenible es creer que los montos reflejan mejoras en la sostenibilidad. En estos números hay sobreestimación e inflación de efecto y de impacto. [vi]

·       Los bonos verdes representaron en 74% de las emisiones corporativas y los BLS representaron el 10%. Las emisiones de Bonos Sociales corporativas de instituciones no financieras fueron un 12% del total de emisiones de bonos de ese sector, en tanto que las del sector financiero representaron el 8% de las totales en ese sector.

Los bonos verdes constituyen el grueso de las emisiones de bonos sostenibles, lo que refleja la prioridad, sobre todo en Europa, y la relativa facilidad de atribución a los aspectos ambientales, en detrimento de los aspectos sociales. A primera vista pueden parecer porcentajes muy modestos del total de emisiones de bonos, pero hay que recordar que el los bonos tradicionales financian todo tipo de actividades.  Lo importante es que los volúmenes y las proporciones aumenten y que se utilicen efectivamente para mejorar la sostenibilidad.

·       El sector oficial también ha emitido cantidades sustanciales de bonos sostenibles (US$ 394 000 millones), casi todos en BVSS, que representan solamente el 0,4% del total de las emisiones de bonos.

Los BVSS no forman parte significativa del endeudamiento público lo que se hace en los mercados tradicionales. Sin embargo, algunos gobiernos locales y nacionales emiten BVSS para financiar algunas actividades del presupuesto, que en general no constituyen inversiones incrementales, son atribuciones a estas categorías de gastos o inversiones que antes se financiaban con el presupuesto tradicional, pero que ahora que reclasifican para propósitos políticos. [vii]

·       Los principios rectores para estas emisiones, desarrollados por la International Capital Markets Association (ICMA), fueron usados en el 93% de los casos. Los emisores dijeron utilizar taxonomías de clasificación para la selección de actividades elegibles: el 66% la del Climate Bonds Initiative (universales), el 14% los de la Unión Europea (en Europa), y el 12% la de los reguladores del gobierno de República Popular China (en China).

Con la aprobación del reglamento sobre bonos verdes de la Unión Europea estas proporciones deberían cambiar significativamente.  Afortunadamente, sus principios son más rigurosos en las actividades elegibles y en la transparencia y monitoreo que los principios existentes hasta ahora, lo que podría reducir la inflación mencionada arriba. Lamentablemente, la Unión Europea, que también cuenta con la Taxonomía verde para respaldar estas emisiones, no cuenta con ni con principios ni con una taxonomía semejante para las activades e inversiones sociales, lo que contribuye aún más al sesgo a favor de las emisiones de bonos verdes que comentábamos arriba. Para estas se deben continuar usando los principios de la ICMA.

·       No existe una relación estadísticamente significativa de que los emisores corporativos y oficiales se benefician de menores tasas de interés por las emisiones de bonos sostenibles, basada en la comparación con una muestra limitada de bonos semejantes.

La existencia de este greenium, un descuento por  usar los recursos en actividades o inversiones sostenibles ha sido objeto de múltiples estudios estadísticos y los resultados, en general, coindicen con los reportados arriba.  Este greenium era notable en algunos casos hace ya algunos años, pero a medida que los mercados de las finanzas sostenibles maduran, el descuento ha tendido a desaparecer. Pero hay que recordar que los estudios son estadísticos y los resultados aplican en el agregado, en “promedio”, lo que no obsta para que una emisión particular pueda lograr un descuento. Lo que es cierto es que la existencia de este descuento ha dejado de ser una consideración para la emisión de bonos sostenibles.

·       La proporción de bonos sostenibles que obtienen la verificación de segundas partes independientes de que sus condiciones están en concordancia con algunos principios de emisión, ha aumentado de en menos de las mitad en el 2019 a las tres cuartas partes en el 2023.

Y estas proporciones no pueden sino seguir aumentando.  Sin embargo, ello no quiere decir que ofrezca garantías de que los recursos de los bonos se utilizarán totalmente en actividades sostenibles, ya que algunos principios permiten algunas excepciones y las opiniones son emitidas sobre los esquemas de emisión, ex ante, intenciones. Y si bien se verifican ex post no hay penalizaciones porque no se hayan logrado los objetivos pre-establecidos. Adicionalmente en muchos caso los objetivos comprometidos son relativamente débiles, a veces indirectos y no necesariamente se refieren al logro de un impacto real. [viii]

El reglamento para la emisión de bonos verdes de la Unión Europea fortalece el rigor en las actividades eligibles, los objetivos a lograr y la revisión de los informes de ejecución, en comparación con los principios existentes. Incluye además la necesidad de registro y autorización de los verificadores en la Asociación de Mercados de Capitales Europeos. ESMA.

·       Dos tercios de los prospectos de emisión mencionan el refinanciamiento de actividades en marcha como elegibles y ninguno de los prospectos analizados dice que no utilizarán los recursos para refinanciar. Adicionalmente ningún prospecto incluye penalizaciones contractuales en caso de que el emisor no use los recursos para financiar o refinanciar proyectos elegibles.

Esto es una de las razones por las que mencionábamos que no todos los recursos eran incrementales, que iban a financiar nuevas actividades o inversiones. Algunos recursos se utilizan para refinanciar inversiones ya realizadas. El refinanciamiento involucra el pago de deudas adquiridas para aquellas inversiones o para gastos recurrentes, con los recursos de la nueva emisión. En algunos caso son una operación netamente financiera y no financian inversiones nuevas sostenibles.

Es de destacar, no obstante, que algunos emisores revelan los montos que se esperan utilizar para refinanciamiento, los proyectos elegibles y el período retroactivo que cubren.[ix]

·       No se encontró evidencia de que las emisiones de bonos verdes por parte del sector oficial ha respaldado el desarrollo del mercado corporativo. Aun así, los emisores oficiales pueden tener otras razones para emitir bonos sostenibles, incluyendo la diversificación de su base de inversionistas.

Se había llegado a pensar que las emisiones oficiales, que son en grandes volúmenes, podrían elevar el interés por los bonos sostenibles del sector privado y desarrollar los mercados secundarios, sin embargo, son dos mercados con inversionistas que tienen objetivos relativamente diferentes.

En efecto, los emisores oficiales pueden tener otros objetivos, más allá de contribuir al desarrollo de los mercados financieros o de contribuir a la sostenibilidad, por ejemplo, objetivos políticos. [x]

III.           En resumen

Sí bien estos dos informes se concentran en estadísticas, estas contienen información que permite apreciar el grado de implementación de las practicas sostenibles alrededor del mundo y el grado de desarrollo de los mercados de las finanzas sostenibles, con una amplia cobertura, que no se encentra en otras publicaciones. La ECDE tiene la gran ventaja de, además de ser un centro de conocimiento, tiene entre sus objetivos desarrollar recomendaciones de política para contribuir al desarrollo económico de todos los países, y en el último decenio ha tomado la contribución de las prácticas responsables en las empresas como una de sus prioridades (el primer documento contiene un capítulo dedicado a las recomendaciones de política, que surgen de sus análisis de los datos).



[i] Es de celebrar que la OCDE ha optado por el nombre de Sostenibilidad Empresarial, cuando había insistido hasta ahora en diferenciarse del resto del mundo y llamarlo Conducta Empresarial Responsable (Responsible Business Conduct).

[ii] Para un análisis de las actualizaciones de ambos documentos, ver mi artículo Gobernanza responsable: Nuevas Guías y Principios de la OCDE

[v] El lector interesado en profundizar más sobre estos bonos puede ver alguno de Mis quince artículos sobre bonos verdes, sociales o sostenibles y ligados a la sostenibilidad.

[vi] Sobre la sobrestimación posible ver Bonos verdes, sociales y sostenibles. 2a. Parte: ¿Añaden valor? Sobre la diferencia entre efecto e impacto ver En sostenibilidad empresarial, ¿Tiene impacto el impacto?

[viii] Ver la sección I.c. en el artículo de la nota precedente.

[ix] Ver el caso de Ford en Emisiones de bonos sostenibles por Ford: Lo bueno, lo malo y lo feo

[x] Ver, por ejemplo, los casos de la Comunidad de Madrid, del Instituto de Crédito Oficial, ICO, de España y del gobierno de Francia en los artículos Bonos verdes, sociales y sostenibles. 2a. Parte: ¿Añaden valor? y Bonos verdes, sociales y sostenibles. 3a. Parte: ¿Legitimidad o Greenwashing?.

 

sábado, 27 de abril de 2024

El Barómetro de sostenibilidad de DIRSE EY: ¿Son confiables los resultados?

 

Es más fácil creer que pensar con espíritu crítico.

Ernst Fischer, 1899-1972

 

A principios de abril, la Asociación de Directivos de Sostenibilidad (ASG), DIRSE, y la consultora EY presentaron los resultados del IV Barómetro de la Sostenibilidad DIRSE-EY donde reportan los resultados de encuestas entre profesionales de la sostenibilidad en España y su comparación los resultados de un análisis de textos de cartas e informes en otros países europeos sobre las prioridades en aspectos de la sostenibilidad empresarial.

 

Advertencia:  Este artículo no pretende analizar ni cuestionar los resultados del Barómetro. El objetivo es alertar al lector/analista sobre los riesgos que conlleva utilizarlos para hacer inferencias o sacar conclusiones para la gestión de la sostenibilidad empresarial, y en el proceso, ofrecer sugerencias para que encuestas de este tipo mejoren su rigor.


 I.                Limitaciones de la metodología.

 1.      Representatividad y tamaño de las muestra.

Este tipo de encuestas, como casi todas, se hace para poder sacar inferencias que sean aplicables a una población que va más allá de la muestra.  Pero la validez de esas inferencias depende de la representatividad y tamaño de la misma muestra. Son válidas en la medida que la población a la cual se quiere hacer la inferencia o extrapolación es semejante a la de la muestra.  Por ello, para sacar inferencias, es importante conocer las características de los encuestados y las metodologías de agregación de las respuestas.

Por ejemplo, no hay problema en decir que el 43,2% de los encuestados opinan algo. Es lo que dijeron.  El problema ocurre cuando queremos extrapolar a decir que el 43,2% de los directivos de sostenibilidad opinarían así. Sería válido si aquellos encuestados fuesen todos directivos de sostenibilidad. La inferencia es válida para un grupo con características semejantes a los encuestados en el tema en estudio.

Para hacerse una idea de la heterogeneidad de la muestra, en este caso incluye 257 profesionales, de los cuales 140 se denominan como dirse (directores de responsabilidad social o sostenibilidad empresarial), pero solo el 54% estos lo son, 17% dicen prestar servicios profesionales, con el resto en actividades relacionadas. El otro grupo de 117 incluye consultores, otros empleados privados, académicos, profesionales del sector sin fines de lucro, entre otros. Sus opiniones no dejar de ser válidas, pero no son representativas de un dirse.  Estrictamente hablando, de los 257, se han calificado a sí mismos como director, o equivalente de sostenibilidad al interior de empresas solo 75. Se debe tener en cuenta estos números a la hora de hacer inferencias de los resultados.

En este caso la muestra representa al colectivo que “tiene interés por la sostenibilidad empresarial” pero dentro de este hay diversidad de experiencias e intereses que los “promedios” enmascaran.

2.     Aritmética versus estadística.

Aritméticamente se puede decir que 5,4 como promedio de prioridad para un tópico (calificadas del 1 al 7), es superior a un 5,3, pero no lo es siempre en términos estadísticos, ya que hay varianzas alrededor de cada promedio reportado y sobre todo en una encuesta con 257 respuestas, de las cuales 140 fueron de supuestos dirses y 117 de profesionales cuya actividad está relacionada con la sostenibilidad.  El promedio da las prioridades son muy cercanos y para todos los aspectos A, S y G y giran alrededor de 5, tanto para los resultados del 2023 como los anteriores. 

Por ello no se puede decir con cierto grado de confianza estadística que las prioridades han cambiado de un año a otro, o que unos aspectos o tópicos son más prioritarios que otros. Por ejemplo, el informe dice, y lo destaca el titular de la presentación del informe, que en el 2023 Gobernanza se ha convertido en el tema más prioritario con un promedio de 5,0 frente al mismo 5,0 de los aspectos sociales, aun habiendo caído del 5,2 en el 2022. [i]¿Cuál es el grado del error estadístico en una muestra como esta?

3.     Priorización bajo restricciones.

Y los resultados que giran alrededor del 5 en una escala de 1 al 7 son de esperar, por la metodología utilizada.   

La encuesta pide calificar del 1 al 7 en cada uno de 4 aspectos de la sostenibilidad empresarial (gobernanza, medio ambiente, social-empleados y social-cadena de valor) para los correspondientes tópicos en cada aspecto (11 en gobernanza, 8 en medio ambiente y social-cadena de valor y 7 en empleados).

Esta metodología permite calificar cada tópico de acuerdo con la “prioridad”.  Hay in sesgo natural por el que el encuestado en este tipo de encuestas no escoge posiciones extremas y suele calificar entre 3 y 6 puntos. ¿Qué no es prioritario en los siete temas de Social-Empleados?



Con esta metodología todo puede ser más o menos prioritario, por ejemplo, calificar todos los tópicos con 5 o 6.  En la realidad diaria, el dirigente empresarial tiene que escoger, no puede ser todo prioritario, enfrenta restricciones financieras y gerenciales y tiene que asignar los escasos recursos por lo que ello sería más representativo si las respuestas lo tomaran en cuenta.

¿Cómo corregir este sesgo? Esto se puede corregir si en la encuesta se pide que los tópicos se jerarquicen por orden de prioridad, primero, segundo, tercero, etc. y asignándoles puntos de acuerdo con su posición relativa, 5, 4, 3, etc. y luego calcular lo que serían promedios ponderados para cada tópico.  Y mejor todavía si se le da al encuestado un “presupuesto de prioridades”, digamos de 21 puntos, para que los distribuya entre los 7 tópicos arriba, de social-empleados. Cada vez que asigna puntos a un tópico tiene menos puntos para asignar a otros. Y de nuevo, el promedio resultaría ponderado por las prioridades.  Cualquiera de estas dos versiones reduciría la inflación de prioridades y las haría más cónsonas con la realidad cotidiana de tener que escoger.

4.     Prioridades por sector industrial.

El informe desglosa las opiniones por 8 sectores industriales, con el objeto de analizar las diferencias o similitudes en las prioridades por tópicos entre los diferentes sectores. Concluye que las diferencias no son muy significativas, lo cual es contraintuitivo.  Sería de esperar que las prioridades del sector hidrocarburos sean diferentes del sector financiero. Según los resultados, aritméticamente son marginalmente diferentes, pero no se puede inferir que lo son estadísticamente.  El problema radica en la representatividad de los resultados y la forma en que han sido obtenidos.

La muestra es muy pequeña para estos propósitos. Si consideramos el grupo denominado dirse, el sector Servicios profesionales y consultoría tiene 24 encuestados, Energía tiene 16 y Minería 4. La opinión de 16 o de 4 no puede considerarse representativa de un sector. No incluimos a los 117 profesionales que no son dirse ya que desempeñan funciones muy variadas, multisectoriales, como mencionamos arriba.

La muestra es muy pequeña para poder hacer inferencias por sector industrial.

II.             ¿Es un análisis de materialidad?

La metodología utilizada no permite determinar la materialidad de los diferentes aspectos y tópicos, como dice el informe.  A lo sumo permite decir, según las respuestas de los encuestados, que hay aspectos y tópicos que les parecen más prioritarios que otros de entre las opciones que dan se para responder. La materialidad es cuestión de cada empresa en el tiempo y contexto en que opera. Un promedio calculado entre todos los encuestados, que trabajan en diferentes empresas y otras instituciones que no son empresas no puede reflejar la prioridad de ninguna de ellas.

Sería un promedio de la importancia que le dan a los temas ambientales una empresa energética, por ejemplo, un 7, con la que le da una institución financiera, por ejemplo, un 3. El promedio para cada aspecto y para cada tópico depende de la composición relativa de los diferentes sectores industriales en la muestra. Si la muestra está dominada por empresas de energía, el tema ambiental subirá en prioridad, si la muestra está dominada por empresas manufactureras, el tema de cadena de valor subirá en prioridad. Y si gran variedad de sectores industriales el promedio tenderá a ser 5.

Esto afecta el análisis de tendencias en el tiempo, si la composición sectorial de la muestra cambia. Los cambios dependen, en efecto, del cambio de prioridades dentro de cada sector, pero también del cambio en las proporciones relativas de los sectores en la muestra, que tienen prioridades muy diferentes.

Los cálculos de promedios parten del supuesto implícito de que la opinión de los encuestados sobre la prioridad de los temas y tópicos no dependen del sector industrial en que se desempeñan.

Promedian, por ejemplo, la prioridad de la reducción de emisiones de los que trabajan en empresas energéticas con la de los que trabajan en instituciones financieras. Promedia, por ejemplo, un 6 de aquellas con un 3 de estas. Y esto explica en parte porque los promedios varían entre 4 y 5, la que es también explicado por el efecto de evitar extremos mencionado arriba por la forma de recopilar las respuestas.

Y de allí que no puedan representar “temas materiales”. [ii]

III.           Comparación de los resultados de España con otros países europeos

El barómetro incluye además la comparación de las declaradas “prioridades” en otros países europeos. A diferencia de múltiples estudios, que comparan aspectos de la gestión de la sostenibilidad en diferentes zonas geográficas, o países, usando la misma metodología, y encuestados con características similares, este estudio no podía replicar las encuestas en otros países y escogió una metodología diferente e indirecta y un colectivo diferente.

En el caso de los resultados a nivel europeo se basa en análisis del contenido textual de 61 cartas de CEO de empresas españolas en informes financieros o integrados y de 1 000 informes financieros de empresas europeas (incluyendo las 61 españolas), sobre los temas de la encuesta hecha en España.

El informe dice que el análisis ha sido llevado a cabo usando programas de Inteligencia Artificial, IA, cuando en realidad lo que han hecho es el tradicional “text mining” o “textual análisis”. El text mining busca palabras comunes en múltiples textos para derivar la frecuencia de uso, en tanto que la AI, si bien parte de una metodología similar, “Natural Language Processing” NLP, busca no solo frecuencia sino interrelaciones, sentimientos, intenciones, aprende a hacer tareas y puede aplicarlas desde producir informes a guiar un avión, por ejemplo. La denominación de la metodología como AI pretende darle mayor credibilidad.[iii]

Del análisis de frecuencia del uso de las palabras se deducen las “prioridades” implícitas por parte de los CEO y de las empresas. ¿Refleja la frecuencia de mención la prioridad para la acción, o prioridad para satisfacer las expectativas de los lectores? Habrá de todo.

De cualquier manera, no son comparables los resultados obtenidos a través de encuestas estructuradas sobre temas muy específicos, entre personas que dedican buena parte de su actividad profesional a temas de sostenibilidad, con las opiniones expresadas en textos generales, redactados por escritores profesionales, que tienen objetivos múltiples de información y posiblemente incluyen el objetivo de persuadir al lector sobre la sostenibilidad de la empresa. ¿Escriben lo que es o lo que les gustaría que fuera? ¿Son comparables las respuestas de aquellos profesionales con la frecuencia de uso de un término en publicaciones para el público?  ¿Expresa la frecuencia de uso de algunas palabras la prioridad que le asignan dentro de la empresa? Seguro que el lector tendrá su propia opinión.

IV.            En resumen.

La encuesta recoge las opiniones de más de 250 profesionales interesados en la sostenibilidad empresarial en España sobre los aspectos y tópicos que consideran de mayor prioridad. Los resultados representan la opinión de esos profesionales y deben interpretarse como tales a la hora de hacer inferencias y extrapolaciones a otros colectivos.

Las limitaciones de la metodología: la heterogeneidad y tamaño de la muestra y la forma de recoger las opiniones y de agregar los resultados limitan su utilidad a efectos de sacar inferencias para la gestión práctica de la sostenibilidad empresarial y para la comparación de las prioridades en España con las de otros países europeos.

El contraste de estas opiniones con los resultados de un análisis de textos sobre términos de sostenibilidad debe tomarse con cautela a la hora de hacer inferencias sobre las importancias relativas de los diferentes aspectos, entre España y otros países europeos, ya que este análisis es sobre una muestra de un colectivo diferente, con metodologías diferentes, analizando textos que tienen objetivos múltiples y no necesariamente el de reflejar las prioridades relativas de los diferentes aspectos.

Y mis disculpas a los autores del Barómetro por este análisis crítico.  Mi objetivo, como el de todos mis artículos, es el de contribuir a mejorar la confiabilidad de la información que se usa para la gestión de la sostenibilidad empresarial......y nobleza obliga: si estoy equivocado lo corregiré.



[ii] La introducción al informe dice que sus objetivos son “¿Qué relevancia han tenido los distintos temas materiales en materia ASG durante el 2023? ¿Cómo ha evolucionado la relevancia de los distintos temas materiales ….”

[iii] Ante la “caja negra” que representa el uso de la AI, existen riesgos de AI-washing.  En EE. UU. se han litigado ya dos casos de ello.

domingo, 21 de abril de 2024

REENVIO ¿Puede ser perniciosa la materialidad financiera para la sostenibilidad empresarial?

 

Toda acción genera una reacción de igual intensidad, pero en sentido opuesto

Tercera ley de Newton


¿Es posible que la determinación de la materialidad financiera sea perniciosa para la sostenibilidad empresarial? Tiene su valor claro está, pero el balance para la sostenibilidad empresarial es negativo.

I.                Materialidad de acción y de reacción

Recordemos que la materialidad financiera, la que analiza los impactos de las reacciones de los stakeholders sobre la situación financiera de las empresa es la base de los reportes sobre la sostenibilidad de los estándares internacionales del IFRS, en tanto que la doble materialidad, la financiera y la impacto, la que analiza además los impactos de las actividades de las empresas sobre la sociedad y el medio ambiente, son la base de los estándares de reporte EFRS de la Unión Europea. Los primeros están dirigidos a informar las decisiones de los que financian la empresa, en tanto que los segundos tienen como objetivo estos y el resto de los afectados por sus actividades.

El impacto sobre la situación financiera de las empresas depende de las reacciones de los stakeholders. Si estos son indiferentes o no reaccionan (¿se enteran?) a algunas actividades no hay impacto sobre la situación financiera aun cuando las empresas pueden querer determinar y reportar sobre las potenciales reacciones, se materialicen o no. Pero lo cierto es que sus acciones, en la práctica, serán determinadas por las reacciones reales. Una cosa es el reporte de la materialidad financiera para cumplir con las disposiciones de los estándares y otra es integrarla en sus acciones.

¿Puede existir la materialidad financiera separada de la de impacto? ¿Tiene sentido pretender determinar el impacto financiero sin considerar el impacto sobre los stakeholders?  ¿Opera en un vacío? La materialidad financiera es coja.

Parafraseando la tercera ley de Newton, como primera ley de la sostenibilidad empresarial: Son las reacciones de los stakeholders a las acciones de las empresas las que pueden generar impacto financiero”. Aunque la reacción no sea de igual intensidad, como en la física. La acción (impacto) precede a la reacción (financiera).

Ergo, lo primero que hay que hacer es apreciar la materialidad de impacto, la financiera no existe sin aquella.

Con esto no pretendemos menospreciar la materialidad financiera, que es clave para las decisiones de los aportantes de fondos, y sin aportes de fondos no hay empresa (son una excepción las empresas que se pueden autofinanciar).

II.             Efectos perniciosos

 1.      Primacía de los stakeholders

 Pero la omisión de la materialidad de impacto en los estándares de reporte de la IFRS tiene impactos negativos sobre la sostenibilidad empresarial. En primer lugar, perpetua la primacía de los shareholders en los objetivos de las empresas y conspira contra los progresos que se han ido logrando para la consideración y gestión de los impactos sobre la sociedad y el medio ambiente. Refuerza el argumento empresarial de que las empresas solo deben preocuparse de aquellos impactos que afecten la situación financiera Por si la enseñanza tradicional de la educación para los ejecutivos de la maximización de los beneficios financieros y para los incentivos financieros en la remuneración de los dirigentes necesitara más estímulo, conspirando con los grandes esfuerzos que se han venido haciendo para vencer estos sesgos

La obsesión de querer hacer la información sobre sostenibilidad equivalente a la financiera, objetivo de los estándares del IFRS, es perniciosa y está llevando a desestimar la sostenibilidad empresarial[1]

2.     Restricción de contribución a la sociedad

En segundo lugar, estimula la restricción de la consideración de las actividades de sostenibilidad a las que tienen impacto financiero, en la mitigación de impactos negativos, en detrimento de otro de los objetivos de esa sostenibilidad que es el potenciar los positivos, de hacer el bien, del argumento moral, de que las empresas tienen responsabilidad ante la sociedad porque es ella la que les proporciona los insumos para operar y les genera los ingresos.

La reacción de los stakeholders suele ser más pronunciada a los impactos negativos que a los positivos de allí que si la empresa se guía por la materialidad financiera no los estimula.

3.     Degradación de la sostenibilidad

En tercer lugar, el énfasis en la materialidad financiera tiende a degradar la sostenibilidad empresarial a un conjunto de actividades, agrupadas en una A, una S y una G, en detrimento de su gestión integral, con todas sus sinergias. La sostenibilidad empresarial es mucho más que la suma de actividades, es mucho más que un conjunto de indicadores [2]. Con ello se contribuye al rechazo de la sostenibilidad en algunos sectores de la sociedad, sobre todo cuando se usa el acrónimo ASG, que para estos es un “surtido de actividades”, muchas de las cuales se pueden consideran “innecesarias”, que distraen la atención de la empresa de su objetivo de maximizar los beneficios financieros. [3]

III.           En resumen

En resumen, la materialidad financiera es de utilidad para las decisiones de los aportantes de fondos, que son claves para la sostenibilidad financiera de la empresa, pero tiene efectos perversos sobre la implantación de la sostenibilidad empresarial al promover la idea de que “responsable solo si es rentable”,[4] la reducción de la responsabilidad de la empresa ante la sociedad a un “conjunto de actividades”, y centrar la atención en los impactos negativos desestimulando la consideración de los impactos positivos que la empresa quiera tener, tengan o no impacto financiero en el corto plazo.